Entrevista: Javier Martos
- Sergio Fernández A.
- 22 may 2020
- 8 Min. de lectura
Hoy entrevistamos en “Ríos de Tinta” a Javier Martos, escritor y traductor. Javier es el responsable de “Una hamburguesa para cenar” y “Promesas de que algún día”.

También, a medias con Jesús Gordillo ha escrito “Ojos de Circo” y “En el lago”. Ha traducido a Stephen King, Shaun Hutson o Richard Chizman, entre otros.
“Crash”, es su último trabajo.
RDT: ¿Por qué eres escritor?
JM: Escribo desde que tengo memoria. En el colegio ya escribía bastantes cuentos. En el instituto, en la facultad… siempre he leído y escrito muchísimo. No sabría explicar por qué siento la necesidad de plasmar una historia en una hoja de papel. Simplemente siento esa necesidad. Imagino que será la misma sensación que tiene una persona que toca la guitarra o que le gusta cantar. Sale solo... Pero todo lo que escribía se quedaban en el cajón. Sonará ingenuo, lo sé, pero a esa edad yo no era consciente de que los libros que había en las librerías eran de gente que, como yo, escribía en casa durante sus ratos libres. Eso no podía ser, esas personas pertenecían a otro mundo, como el de la música o el cine (inalcanzables en cierto modo). Al leer la colección Doce pistas falsas de Jeffrey Archer fue cuando decidí que quería ser escritor y que mis relatos “del cajón” vieran la luz. La novela La zona muerta de Stephen King me empujó a reconsiderar la extensión de mis textos y plantearme en serio la redacción de una novela larga. En 2006, cuando me ofrecieron la oportunidad de revisar las traducciones de algunos libros de Stephen King (ahí sentí que el sueño podía hacerse realidad), fue cuando di el paso definitivo y comencé a presentar mis propios relatos a concursos, certámenes y convocatorias de antologías. Para mi sorpresa, ¡los relatos acababan siendo seleccionados!

RDT: ¿Qué referencias tienes cuando escribes?
JM: Pues los autores que acabo de mencionar. Stephen King y Jeffrey Archer (que curiosamente no es un autor de género) son mis mayores referencias. Además, Richard Matheson es un ejemplo a seguir en cuanto a relatos cortos. Michael Connelly, Markus Zusak, Giorgio Faletti…
RDT: “Ojos de Circo”, “Promesas de que algún día”, “Una Hamburguesa para cenar”, “En el lago” y ahora “Crash”, aparte de una buena cantidad de relatos aparecidos en diferentes antologías y algunas de ellas coordinadas por ti. La lista de obras es impresionante. ¿De dónde saca el tiempo Javi Martos?
JM: Lo cierto es que es difícil compaginarlo todo. No solo las traducciones y mis obras propias, sino mi trabajo habitual (con jornadas de doce horas si sumamos los desplazamientos), la familia, la pareja, el deporte y el ocio. A veces es muy estresante poder llegar a las fechas marcadas. De hecho, este es el motivo fundamental por el que escribo más relatos que novelas. De hecho, dos de las tres que he escrito ha sido con la ayuda de Jesús Gordillo. A veces me planteo parar y centrarme en un único proyecto (una novela larga), pero al final suelo meterme en muchos charcos a la vez: relatos, antologías, colecciones, cómics, traducciones... Pero, bueno, al fin y al cabo, esto es lo que me gusta hacer, así que me cuesta decir que no a los proyectos que surgen.
RDT: Sé que es una pregunta difícil, y que a un padre no pueden darle a elegir a ninguno de sus hijos, pero, ¿con cuál de tus obras estas más satisfecho?
JM: Elegiría mi última colección de relatos, inédita hasta la fecha. Creo que los relatos que incluyo en ese libro son mucho más maduros y, la verdad, hay varios que son de los que más me han gustado escribir en lo que llevo de vida literaria. Espero que vea la luz en algún momento del futuro. Estoy trabajando en ello para que haya noticias próximamente.
RDT: Después de dos novelas a medias con Jesús Gordillo, una en solitario y una recopilación de relatos de tu autoría, todo editado con editoriales al uso, vas y te autoeditas “Crash”, tu último trabajo. ¿Por qué has tirado por ese camino en lugar de buscar la edición tradicional? ¿Cómo está funcionando en Amazon?
JM: La autoedición de Crash ha sido una mezcla de varias circunstancias. Lo escribí para un certamen literario, pero cuando fui a presentarlo, me di cuenta de que se me había pasado el plazo, así que tendría que esperar un año más hasta que volvieran a convocar una nueva edición del certamen. Me planteé presentarlo a editoriales tradicionales, pero la corta extensión del texto (26.000 palabras) me cerraba muchas puertas. Por otro lado, pensé que las pocas editoriales que sí aceptaban el manuscrito tardarían mucho tiempo en responder... y, como digo, siendo una obra tan corta, no merecía la pena esperar tanto. Ante este escenario, decidí editarlo en Amazon y comprobar por mí mismo si la plataforma funciona como dicen y si hay resultados satisfactorios en cuanto a ventas. Ya había subido hace unos meses a Amazon un pequeño librito (Antes de dormir) con cinco relatos ya publicados anteriormente, pero era incluso más corto que Crash, solo disponible en digital y sin hacer la más mínima promoción (salvo algún post suelto en Facebook y Twitter), de modo que no me servía como experimento válido y seguía con la duda de si en Amazon se puede vender bien. Con Crash lo he intentado hacer mejor: disponible en papel y en digital, una historia nueva, promoción y movimiento en redes sociales. ¿El resultado? Mucho mejor de lo que esperaba en España, pero peor de lo que esperaba en otros mercados como Latinoamérica o Estados Unidos. Lo que he podido comprobar es que la promoción en redes sociales funciona, ya que siempre surgen un par de ventas cada vez que hago algo de publicidad. En cualquier caso, mis obras más largas (colecciones y novelas) las seguiré publicando en editoriales tradicionales, si me dejan.

RDT. ¿Qué cosas positivas y negativas ves en comparación con la edición tradicional?
JM:Lo positivo de la autoedición es que puedes decidirlo todo. Cualquier aspecto de la publicación es cosa tuya, lo que finalmente termina convirtiéndose también en lo negativo. Tienes que ocuparte de todo (lo hagas tú mismo o lo encargues a otros profesionales): redacción, corrección, maquetación, portada, precios, promoción, publicidad… Es genial poder controlarlo todo, pero también es cierto que es difícil acertar en todo el proceso de edición. Si tienes dinero para invertir, puedes rodearte de buenos profesionales que te asesoren bien en todos los aspectos, pero si te encargas tú mismo de todo… evidentemente no puedes ser buen escritor, buen corrector, buen maquetador, buen diseñador gráfico, buen publicista… La verdad es que yo sigo prefiriendo la edición tradicional. Cuanta más gente se implique en la edición de un libro, tanto mejor, al menos en mi opinión.
RDT: ¿Cómo es escribir una novela a medias con otro autor? ¿Qué método de trabajo seguisteis en ambas novelas?
JM: Escribir con otro autor tiene sus ventajas e inconvenientes. Las ventajas, muchas: la novela se escribe más rápido, los atascos se suelen disipar con más facilidad, tienes un respaldo de la historia más compacta, surgen muchas buenas ideas de dos cabezas que de una… Los inconvenientes: Hay que ponerse las pilas para cumplir plazos, tienes que tener una actitud abierta, saber que hay que ceder en ciertos aspectos y que tendrás que defender otros con un buen argumento. Mi experiencia con Jesús Gordillo ha sido buena, y espero poder repetir con él pronto. Pero también he de admitir que lo he intentado con otros dos autores y el proyecto se canceló: no éramos capaces de escribir al mismo ritmo y tampoco conseguimos ensamblar una historia coherente de principio a fin.
RDT: ¿Qué tal es trabajar como traductor para una grande como Random House?
JM: Traducir a un autor como Stephen King para una casa como Random House ha sido una experiencia gratificante y francamente positiva. He aprendido mucho de los editores, del entresijo editorial en general y del mundo de la traducción en particular. Siempre me han ayudado mucho y me han resuelto muchísimas dudas. El equipo que se encarga de la publicación de un libro es amplio y tienen mucho camino recorrido. Evidentemente también ha sido una responsabilidad muy grande. Los plazos son más justos y el camino está mucho más procedimentado. Con las editoriales pequeñas el trato suele ser más cercano y los tiempos son otros, como es lógico. No puede ser lo mismo un sello que publica 200 novedades al mes (como Random House) que otro que publica diez libros al año. Y eso se nota, tanto para lo bueno como para lo malo.

RDT: ¿Cuánto de responsabilidad hay en el trabajo del traductor? He leído traducciones que hacen que una buena obra sea difícil de disfrutar. “Cujo” de Stephen King, en la edición dorada de Orbis Fabrit, publicada en España ya hace bastantes años es un claro ejemplo de ello.
JM: El oficio de traductor ha evolucionado mucho en los últimos años. Los traductores están cada vez más preparados y las editoriales parecen comprender la importancia de esta labor. Quizá haría falta dar un paso más y conseguir un convenio colectivo para el sector, pero creo que tarde o temprano llegaremos a eso. La traducción es un punto muy importante de la edición de un libro. Yo también recuerdo traducciones desastrosas, sin adaptar al idioma propio del país, sin corregir... El tercer gemelo de Ken Follet, al menos la edición que tengo yo, necesita una revisión urgente y muy profunda. Las editoriales tienen plazos muy justos y al final la calidad termina por resentirse. No es lo mismo darle a un traductor cinco meses para traducir una novela que solo un par de meses. Tampoco un traductor puede limitarse a traducir un par de libros al año, de lo contrario no podría subsistir…
RDT: ¿Qué nos encontraremos de cara a este 2020? ¿En que anda metido Javier Martos?
JM: En los últimos meses he estado trabajando más en mi faceta de traductor. En algún momento de este año se publicará una novela clásica con una nueva traducción mía. También publicaré la traducción de una novela corta inédita de ciencia ficción, pero me temo que todavía no puedo dar más información. En cuanto a obras propias, este año saldrán un par de relatos nuevos, una historieta de cómic, y estoy tratando de publicar la colección de relatos que comenté antes. Estoy coordinando otra antología con varios autores y quiero terminar otra novela corta. Para 2021 quiero sentarme a escribir una nueva novela larga, en solitario, como Promesas de que algún día (de la que también tengo que acabar su segunda parte). Esperemos que la pandemia del COVID-19 no provoque demasiados estragos en el sector, pero me temo que como mínimo el calendario de publicaciones se va a ver muy afectado. Habrá que esperar un poco a que todo se asiente.

RDT: ¿Qué opinas de las redes sociales? Facebook y Twitter pueden ser armas de doble filo…
JM: Siempre he sido de la opinión de que las redes sociales son lo que uno quiere que sean. No suelo seguir a cualquiera, sino que sé a quién estoy siguiendo de antemano (sobre todo en Twitter e Instagram), así que lo que veo en el timeline suele ser de mi gusto, por decirlo de alguna manera. Es cierto que después, todo el mundo puede comentar y ahí es donde más “veneno” te encuentras. Me sorprende y apena leer según qué cosas, y me abruma que haya gente con ciertos ideales y pensamientos… Las redes sociales pueden ser una herramienta muy útil, pero si no las usamos bien, al final es un foco de problemas.
RDT: ¿Que estás leyendo actualmente?
JM:Durante el confinamiento llevo seis libros leídos. Ahora estoy con la saga de The Clifton Chronicles, de Jeffrey Archer. En inglés, porque Planeta solo tuvo a bien traducir el primer volumen. Imagino que las ventas no fueron demasiado buenas. Así que he optado por seguir en su versión original. Voy por el tomo cuarto: Be careful what you wish for.
RDT: ¿Qué le recomendarías a cualquiera que empieza a escribir?
JM: Lo importante es leer y escribir mucho. Leer cada día y escribir lo máximo posible. Hay que centrarse y acabar un texto (relato, novela, colección) y no dejar los proyectos a medias. Y tener mucha paciencia. Sobre todo, mucha paciencia, porque los plazos en este mundillo son largos.
RDT: Por último, recomiéndanos un libro, una serie, una peli y un disco.
Uno de los mejores libros que he leído últimamente: El puente de Clay, de Markus Zusak. En cuanto a series, recomiendo La maldición de Hill House. Este fin de semana vi la película Milagro en la celda 7, turca y en versión original subtitulada: peliculón, con todas las letras. Para escuchar, recomiendo a Little Pepe, reggae andaluz.
RDT: Javier, gracias por pasar un rato por “Ríos de tinta”.
Esperamos que hayas disfrutado con la entrevista, ya sabes que aquí tienes tu casa, para lo que necesites. Un saludo y suerte con todos tus proyectos futuros.
JM: ¡Gracias! Es un placer atenderte y colaborar con Ríos de Tinta. Te deseo muchos éxitos para el blog y, en estos tiempos que corren, mucha salud para ti y los tuyos.
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